El ciclo de vida predictivo es el que se aplica a la gestión clásica de proyectos. En este post quiero repasar su desarrollo. Si quieres conocerlo sigue leyendo.
¿Qué es el ciclo de vida de un proyecto?
El ciclo de vida de un proyecto se define por las distintas fases por las que pasa el proyecto. Es decir, la secuencia de éstas desde el momento en que se inicia el proyecto hasta que éste concluye. Dependiendo del tipo de gestión que estés llevando a cabo estas fases se organizarán de forma diferente.
Ciclo de vida predictivo
Un ciclo de vida predictivo, también llamado en cascada o clásico es el orientado a la planificación. En otras palabras, se trata de aquel en el que se determina lo antes posible el alcance del proyecto, el coste y el plazo de ejecución.

Hay que recalcar aquí el hecho de que estos tres conceptos no se concretan de manera definitiva. Es decir, a lo largo de la ejecución del proyecto pueden cambiar. Es habitual que te encuentres con el axioma de que, a diferencia de los proyectos ágiles, la gestión clásica es totalmente inflexible. Rotundamente falso.
Es cierto que las metodologías ágiles están enfocadas a adaptarse a los cambios. Incluso su planteamiento se orienta entorno a fomentarlos. Sin embargo, esto no quiere decir que un proyecto que siga un ciclo de vida predictivo esté tan encorsetado que no admita modificaciones.
Los proyectos organizados según este tipo de metodologías se estructuran en una serie de fases consecutivas o secuenciales. Cada una de ellas se define por alcanzar un producto intermedio o una actividad concreta. Habitualmente esas fases son sensiblemente diferentes unas de otras. Tienen objetivos distintos, no participan los mismos miembros del equipo, los plazos de ejecución varían en función de la tarea.
Se utiliza este tipo de metodología cuando se tiene un conocimiento bastante ajustado de qué se quiere, cómo se quiere, para cuándo, con qué recursos se cuenta… A partir de este punto, el responsable del proyecto define un plan de la ejecución del proyecto y realiza la gestión con el fin de cumplir con esa planificación. Los cambios que se deseen aplicar se han de gestionar de forma específica y requiere la revisión de la planificación y la aceptación del nuevo plan.
Estructura del ciclo de vida predictivo
El ciclo de vida predictivo de un proyecto sigue la ruta de los procesos de dirección de la gestión de proyectos.
Comienza con los procesos de iniciación en los que, la dirección define los parámetros del proyecto (plazo, alcance, presupuesto…).
A continuación, se inicia la fase de planificación. En ella el responsable del proyecto lleva a cabo el diseño de los procesos de ejecución de las tareas necesarias para alcanzar el objetivo según las condiciones previamente definidas.
Durante los procesos de ejecución se pone en práctica, por parte de los equipos de trabajo, la planificación. Esta ejecución, a su vez, se compondrá de una serie tareas.
Al concluir cada tarea, se activan los procesos de seguimiento y control. Su función es aprobar o no el trabajo realizado en cada actividad. Si el resultado no cumple con lo esperado se debe valorar la situación y realizar los ajustes precisos en la planificación con el objeto de que el resultado final sea el deseado.

Los procesos de control se repetirán en cada etapa de la ejecución y, en su caso, la replanificación correspondiente.
Finalmente, el proyecto concluye con la etapa de cierre. En ella, el proyecto puede darse por finalizado antes de tiempo si se decide, a través de la supervisión, que no se alcanzarán las metas previstas. En cambio, si el objetivo final es el deseado concluye de manera exitosa.
Adicionalmente, a través del control integrado de cambios la dirección puede realizar modificaciones en el planteamiento inicial. Esto obligará a realizar ajustes en la planificación.
Conclusión
El ciclo de vida predictivo es el que mejor se ajusta a proyecto en los que se pueda concretar previamente el objetivo a alcanzar, el coste y el plazo. Así, la estructura de ejecución se hará en fases secuenciales. No obstante, la supervisión de los resultados intermedios y la posibilidad de aplicar cambios puede derivar en una redefinición de la planificación.
Tienes que conocer otros ciclos de vida en proyectos: el iterativo y el incremental.
«Hemos de saber anticiparnos a encontrar lo cómico que haya en nosotros. Así podemos evitar que los otros se burlen de nuestra escasa perfección».
Noel Clarasó