Conocer tu cronotipo te ayudará a optimizar tu agenda para ser más productivo. Hoy te explico qué es, para que puedas aprovechar su potencial.
¿Qué es el cronotipo?
No voy a entrar en aspectos técnicos que se salen de mi área de conocimiento. Creo que la mejor manera de entenderlo es pensar que todos funcionamos en ciclos de veinticuatro horas. En estos ciclos, percibimos momentos de máxima capacidad y otros de necesidad de descanso. Lo interesante de esto es que esos ciclos no son iguales para todos.
Hay quien prefiere madrugar, más mientras que otros se sienten más cómodos trasnochando y levantándose tarde. La melatonina, que es la hormona que se encarga de inducirnos al sueño, regula esos picos de energía. Es decir, determina cuándo somos más productivos.

Así, el cronotipo es la predisposición natural de cada persona por la que experimentamos esos picos de energía y momentos de necesidad de descanso en función de la hora del día.
Clasificaciones de los cronotipos
Existe una clasificación clásica que establece tres variantes y una posterior que identifica cuatro tipos.
Clasificación clásica
Matutino (alondras). Se trata de gente que necesita ir pronto a descansar. Se levanta temprano y las primeras horas del día son especialmente productivas. Sin embargo, por la tarde desciende su capacidad. Suele dormir entre las diez de la noche y las seis de la mañana. En torno al 25% de la población pertenece a esta tipología. En su caso, la melatonina se segrega rápidamente cuando no hay luz.
Vespertino (búhos). Otro 25% de la gente está incluida en este segmento. Al contrario que los anteriores, su máximo potencial se desarrolla por la tarde y la noche. Prefieren levantarse tarde entre las diez y las doce y, por tanto, su hora de acostarse es de una a tres de la madrugada. Le cuesta madrugar y las mañanas son duras para ellos. Segregan la melatonina unas seis horas después de que se haya ido la luz natural.

Intermedios (colibrís / palomas). Se trata del mayor grupo de todos, el 50% de la población. Es un caso intermedio entre los matutinos y los vespertinos. Pueden adaptarse sin demasiados problemas a madrugar y a trasnochar. La melatonina aparece tres horas después que a los matutinos y tres horas antes que a los vespertinos. Su horario de sueño preferido es de doce de la noche a ocho de la mañana. Por lo tanto, su momento de máximo potencial productivo se sitúa entre media mañana y media tarde.
Una nueva clasificación
Leones. Es equivalente al matutino. Sus funciones cognitivas están a pleno rendimiento por la mañana, con el máximo pico al mediodía, y decaen por la tarde. Algunos estudios asocian este perfil con roles de liderazgo. Su responsabilidad les impide asumir cierto nivel de riesgo. Según esta clasificación, el 15% de la población se corresponde con este modelo.
Lobos. Este cronotipo se asocia con el vespertino. Agrupa a otro 15%. Les gusta trasnochar y la oscuridad les vuelve activos. Aunque madruguen no se espabilan hasta pasado el mediodía. Se trata, de gente creativa y espontánea, adoran las novedades y están dispuestos a asumir riesgos sin dudarlo. Desgraciadamente para ellos su ritmo vital va a contracorriente con la mayoría de la sociedad.
Osos. Son los tipos de caso intermedio. Sus ritmos fisiológicos coinciden con el ciclo natural de noche y día. Y por tanto, con los convencionalismos sociales de las actividades apropiadas para cada momento. Esto es lógico, ya que el 60% de la población pertenece a este grupo. Les gusta el trabajo en equipo, son extrovertidos y abiertos de mente, evitan conflictos y son sociables. Su periodo de actividad preferido es desde media mañana hasta media tarde, y alcanzan el punto álgido a última hora de la mañana.
Delfines. Este cronotipo es una especie nueva y sólo incluye al 10% de la población. Están activos las veinticuatro horas del día, pero no tienen picos de energía significativos. Tienen el sueño ligero y les cuesta levantarse. Muchos aseguran sentirse cansados durante todo el día. Son inteligentes y nerviosos.

El cronotipo y la productividad
¿Y por qué te lo cuento todo esto? ¿A qué viene hablar tanto de animales?
La idea es que sabiendo a qué cronotipo perteneces podrás ser capaz de planificar tu jornada de acuerdo con tus horas más productivas. En la medida de lo posible, trata de programar las tareas que requieran una mayor carga cognitiva en las horas en las que tu pico de energía esté más elevado. Y por otra parte, organiza las tareas en las que se requiera una mayor creatividad para los momentos en que tu organismo está cansado.
La idea es que seas capaz de enlazar esto con tu gestión personal. Además de aplicar metodologías y utilizar las herramientas adecuadas, planificarte de acuerdo con tu cronotipo te ayudará a optimizar tu productividad personal.
Conclusiones
Tu cronotipo explica en qué momento tu energía te permite alcanzar el máximo nivel de productividad. Por esto, es inteligente tratar de adaptar tu agenda a este ciclo vital de energía.
Y lo sé. Esto no siempre es posible.
«La principal enfermedad del hombre es la curiosidad inquieta de lo que no se puede conocer».
Blaise Pascal