El método de la Ruta Crítica te permite conocer la duración y los plazos en la gestión de proyectos. En este post conocerás en qué consiste.
¿Qué es la ruta crítica?
El método de la Ruta Crítica se desarrolló a finales de los años cincuenta del siglo pasado en Estados Unidos. Es habitual encontrarlo con la denominación CPM procedente de sus siglas en inglés: Critical Path Method.
La idea de esta técnica es controlar y optimizar los costes a través de una planificación adecuada de las tareas de un proyecto.
Aunque comparten algunos conceptos, no debes confundirlo con el método de la Cadena Crítica.
La ruta crítica es la secuencia de tareas de mayor duración que determina el plazo de ejecución de un proyecto. Ya te hablé de ella porque Microsoft lo considera bastante relevante en su aplicación para gestión de proyectos (Ruta crítica en MS Project).

Básicamente, para aplicar este método debes conocer tres elementos:
- Las actividades necesarias para completar el proyecto.
- La relación de dependencia que existe entre ellas.
- La duración en la ejecución de cada una de ellas.
Con todo esto puedes elaborar las secuencias de tareas necesarias hasta concluir el proyecto. Tendrás los instantes más tempranos y los más tardíos en los que cada una de las tareas pueden comenzar y finalizar sin que genere demoras en el proyecto.
El resultado es que conocerás qué tareas, las que forman parte de la ruta crítica, pueden causar retrasos en el proyecto. Otras, por el contrario, ofrecen flexibilidad para alargarse en el tiempo sin que afecte a la duración del proyecto.
¿Cómo gestionar el método de la Ruta Crítica?
Lo importante de conocer esta secuencia de tareas clave es que sobre esas actividades debes centrar tu atención. Cualquier fallo en ellas debe ser solventado con la mayor rapidez posible para evitar aplazamientos en el proyecto. Sin embargo, puedes ser más flexible con las tareas ajenas a la ruta crítica ya que éstas no afectan a la duración de éste.
Dependencia de tareas
La dependencia entre tareas es especialmente importante en la definición de la ruta. Es lo que permite encajar las piezas de manera que den forma a la secuencia que queda plasmada en el diagrama de Gantt. Definir correctamente esas relaciones entre actividades es fundamental para evitar errores que pueden ser fatales para el desarrollo del proyecto.
Afortunadamente, el proceso de plasmar ese dibujo en un cronograma es muy sencillo. Dispones de gran cantidad de herramientas informáticas que te facilitan la labor: Smartsheet, MS Project, Ganttproject, Workep o Gantter.
Ahí encontrarás las tareas clave y las que no lo son.

¿Cuántas rutas críticas hay?
Es fácil pensar que sólo hay una ruta crítica por proyecto, pero esto no es necesariamente cierto. Puede darse el caso de que en un mismo proyecto existan dos o más rutas paralelas que determinen la duración del mismo. Aunque no es exclusivo, cuanto más complejo sea el proyecto más posibilidades de que se dé esta circunstancia.
En este sentido, la gestión que debes hacer en todos los casos es equivalente.
¿Las tareas de la ruta crítica son las más importantes?
No. ¿Pero entonces, qué sentido tiene todo lo que te he contado hasta ahora? Verás, el método de la Ruta Crítica te permite establecer la duración de un proyecto. Gracias a él tienes la posibilidad de identificar qué tareas pueden afectar a su plazo de ejecución.
Sin embargo, fuera de la ruta crítica pueden existir tareas que determinen el éxito o el fracaso del proyecto. Independientemente de que éstas no tengan repercusión en la duración global son fundamentales.
Conclusión
El método de la Ruta Crítica aplica el algoritmo que define la secuencia de tareas que delimitan la duración de un proyecto. Afortunadamente, este proceso está automatizado en gran parte de las herramientas de gestión de proyectos. Como responsable tú sólo debes establecer los parámetros y gestionar la ejecución.
Ahora te enfrentas a la gestión de los recursos críticos y, el resultado final, conocer la duración del proyecto según la ruta crítica.
«El hombre no se destaca en la vida sino dominando su carácter o creándose uno».
Napoleón Bonaparte