El principio de Laborit explica cómo funciona el razonamiento a la hora de elegir las tareas que vamos a hacer. En este post te explico en qué consiste.
El principio de Laborit
Henri Laborit fue un psicólogo, médico, biólogo y etólogo francés que estudió el comportamiento humano. En el principio que lleva su nombre agrupa los resultados de estudios que realizó en relación con la toma de decisiones de los individuos a la hora de elegir qué tareas van a realizar.
Gracias a las conclusiones que extrajo puedes averiguar por qué se dejan de lado tareas. En gran medida, esta teoría está muy relacionada con la ley de Fraisse. Nuestro subconsciente nos dirige a ejecutar tareas que quizá no sean las prioritarias olvidando otras que objetivamente deberían realizarse antes.

Las bases del principio de Laborit
Según Laborit hay una serie de factores que inciden en el criterio por el que hacemos la selección de las actividades a las que enfrentarnos.
- Hacemos de forma espontánea lo que nos gusta antes que lo que no nos gusta. Obviamente, nos inclinamos hacia esas tareas que nos causan satisfacción. Las que nos resultan pesadas, aburridas o desagradables las relegamos todo lo posible.
- Tendemos a realizar aquello que nos resulta sencillo antes que lo que se plantea complicado. Lo cierto es que no nos gusta tener que pensar. El problema es que si tenemos muchas cosas pequeñas fáciles de hacer nos centramos en ellas y nunca nos enfrentamos a las complejas.
- Solemos hacer primero lo rápido y dejamos lo que requiere más tiempo. Nos gusta quitar elementos de la lista de “cosas pendientes”. De esta manera, percibimos que avanzamos más en nuestras obligaciones.
- Nos inclinamos a hacer aquellas actividades que son urgentes antes que lo que es importante. Recuerda que te hablé de esto en el post sobre la Priorización de tareas. Es un gran problema centrarte sólo en tareas urgentes sin plantearte si son importantes, y olvidar las que sí lo son, aunque no sean urgentes.
- Tendemos a realizar aquellas tareas que sabemos hacer antes que las que nos son desconocidas. De nuevo, no nos gusta tener que pensar. Resulta más cómodo trabajar en algo que conocemos antes que enfrentarnos a lo desconocido. Esas tareas nuevas requieren aprender, un proceso de entrenamiento y adaptación hasta que las asimilamos. La consecuencia de esto es que estaremos frenando el avance de otras actividades que podemos realizar con soltura.
- Hacemos primero aquello que nos han impuesto y relegamos lo que hemos elegido nosotros. Nos sentimos cómodos en la estructura jerárquica de la sociedad. Y por ello, es más sencillo que sea un superior quien nos dirija en aquello que debemos hacer.
Cómo superar el principio de Laborit
Sé que lo que viene a continuación es fácil de decir, pero llevarlo a la práctica es muy diferente. Puedes tratar de contrarrestar los puntos clave del principio de Laborit para mejorar la productividad y la eficiencia en tus proyectos.

- Convierte esas tareas que te desagradan en actividades interesantes. En otras palabras, haz que tus obligaciones te gusten.
- Trata de quitarte de en medio esas tareas difíciles cuanto antes. De esta manera, te aseguras de que no quedan abandonadas. Después puedes dedicar tu tiempo a esas actividades fáciles de completar.
- Divide las tareas pesadas o grandes en otras más pequeñas. Con esto, aprecias el avance en el proceso de ejecución de las actividades.
- Define claramente la importancia y la urgencia de lo que tienes que hacer y establece el orden de ejecución adecuado. Es importante que tengas en cuenta las consecuencias de retrasar tareas importantes.
- Plantéate como un reto afrontar nuevas tareas. Puede ser motivante adquirir nuevos conocimientos y habilidades.
- No estaría de más intentar ser algo más autónomo y que puedas tomar tus decisiones en cuanto a qué es prioritario. No se trata de que desobedezcas a tu superior, si no que seas capaz de gestionar el orden de las tareas que debes realizar.
Conclusiones
El principio de Laborit nos muestra una serie de aspectos que influyen en la toma de decisiones de cara a la priorización de tareas. Seguro que te ves reflejado en la mayoría de esos puntos. Lo interesante es que una vez que los conoces puedes intentar neutralizar su influencia negativa.
«La gente goza de tan poca fantasía que tiene que recoger con ansia unos de otros esos pequeños adornos de la conversación. Son como traperos o colilleros de frases hechas».
Pío Baroja