Entender los principios de Seis Sigma es la mejor manera para obtener los mejores resultados de esta metodología. Vamos a revisarlos uno a uno.
Los 6 principios de Seis Sigma
Como no podía ser de otra forma Seis Sigma se sostiene en seis principios. Éstos definen cómo enfocar este modelo que te permitirá optimizar la productividad.
1. Auténtica orientación al cliente
En muchas empresas se pretende cumplir las expectativas de los clientes. En algunas se redactan manuales de actuación para satisfacerlos de manera plena. Sin embargo, en pocas ocasiones se hacen verdaderos esfuerzos por comprender lo que realmente desean.
Para dar un paso adelante, en algunos casos se recopilan datos, ya sea a través de analíticas de uso, o a través de encuestas. Pero si esto responde a una iniciativa aislada o temporal, de poco sirve. Se debe realizar un seguimiento permanente de los deseos y necesidades de los clientes. Ten en cuenta que si un cliente espera que un producto cumpla con un nivel de funcionalidad hoy, dentro de un mes probablemente espere algo diferente.

El primero de los principios de Seis Sigma es dar prioridad a la orientación al cliente. Las mejoras en procesos de esta metodología se definen por el impacto al cubrir su insatisfacción y por el valor que le aportan.
2. Gestión enfocada a datos y hechos
Seis Sigma descarta cualquier proceso de decisión empresarial que se fundamente en opiniones y suposiciones. El planteamiento a seguir debe ser hacer uso de todas las mediciones que se tengan disponibles, aprovechar todos los sistemas de información que estén en nuestras manos, realizar en una gestión del conocimiento permanente, etc.
A partir de ese punto se pretende dar respuesta a dos preguntas:
- ¿Qué información realmente necesitas?
- ¿Cómo deberás hacer uso de esa información para alcanzar el máximo beneficio?

3. Orientación a procesos, gestión por procesos y mejora de procesos
El proceso es el soporte de todo. Desde el diseño, a la fabricación de productos. Desde la configuración de servicios, hasta su prestación. Cualquier gestión interna como valorar el rendimiento, o la satisfacción del cliente. Incluso la búsqueda de la mejora se apoya en procesos.
Otro de los principios de Seis Sigma más relevantes es éste. Dominar los procesos es la forma de obtener ventajas competitivas a través de optimizar la eficiencia y la productividad.
4. Gestión proactiva
Se trata de anticiparse; frente a una gestión reactiva, que actúa a posteriori. Seis Sigma busca introducir en el ADN de la empresa prácticas proactivas y un estilo de gestión dinámico y sensible.
Define objetivos ambiciosos y revísalos periódicamente. Establece claramente las prioridades del negocio. Prevén los problemas, antes de solucionarlos una vez que han ocurrido. Cuestiona cualquier aspecto de la gestión y descarta la frase: nosotros hacemos las cosas así.
La proactividad requiere de un cierto nivel de creatividad y la asunción de enfrentarse al cambio. Sin embargo, resulta mucho más tranquila que una gestión reactiva en la que se pasa de una crisis a otra, y en la que se trata de hacer ver que no se ha perdido el control.
5. Colaboración sin fronteras
Cada día se pierden miles de millones de euros (dólares, o lo que quieras) por falta de colaboración o por exceso de competitividad en equipos que deberían trabajar unidos en un objetivo común.

Este modelo de gestión facilita la identificación del personal con un rol dentro del engranaje de la compañía. Así, todos pueden situarse e identificar la interdependencia de todas las actividades dentro del proceso en el que participan. Además, enlaza con el conocimiento del cliente y la satisfacción de sus necesidades. Es, en definitiva, un medio para alcanzar un entorno y una gestión que sustente un verdadero trabajo en equipo.
6. Búsqueda de la perfección; tolerancia a los errores
El último de los principios de Seis Sigma parece no tener sentido: perfección y tolerancia a los errores. Aunque parezcan términos contradictorios son, en realidad, ideas complementarias. Te lo explico.
En cierta medida, relacionado con la proactividad, es necesario en el contexto de esta metodología lanzar nuevas ideas, productos, servicios, procedimientos, etc. Y todo ello conlleva un riesgo. Si el miedo a los errores que derivan de todo lo nuevo supone su bloqueo, el resultado será estancamiento e inmovilismo.
Si lo que se busca es la perfección, se requiere una gestión del riesgo y la aceptación de que se cometerán fallos. Desde el punto de vista del cliente, el término «perfecto» está en constante cambio. Y esto implica innovar, introducir nuevas ideas y, en consecuencia, equivocarse.
Conclusiones
Los 6 principios de Seis Sigma definen la esencia de esta metodología. Ésta se fundamenta en aplicar un método científico al diseño y a la operativa de procesos. Y la idea es aplicarlo a todos los ámbitos de la empresa con la intención de alcanzar la excelencia en cuanto a calidad, lo que supondrá un beneficio tanto para la compañía, como para los clientes. Para ello se requiere proactividad, colaboración y aceptación de los errores cuando se producen por la búsqueda de la perfección.
A partir de este punto, necesitas conocer qué etapas conforman el modelo y los recursos que intervienen en él.
«El saber es la única propiedad que no puede perderse».
Bías (Biante de Pirene)