El triángulo coste-tiempo-calidad es la representación gráfica de la estructura de los tres factores básicos que califican un proyecto como exitoso o no. Ya hablamos de esto en el post sobre la estructura coste-tiempo-calidad. Os lo recuerdo.
Al planificar un proyecto se establecen unos plazos de entrega. También se diseña un producto, servicio o proceso con un nivel de calidad mínimo. Y en el presupuesto del proyecto se calculan unos costes máximos. Las desviaciones que se produzcan en estos tres parámetros determinarán que se alcance o no el objetivo previsto.
Representación gráfica del triángulo coste-tiempo-calidad
Podemos cuantificar estos tres elementos y trasladar su valor a un gráfico. Este gráfico tiene 3 ejes en cada uno de los cuales se ubica uno de los parámetros. En la planificación se deciden los valores de cada uno, lo que da como resultado un punto dentro del área del triángulo.

Nos basaremos en ese punto de partida como objetivo. Las desviaciones que se produzcan a lo largo del desarrollo del proyecto desplazarán la posición del punto real respecto del objetivo. Es decir, si se aumenta el plazo de conclusión nos moveremos hacia la derecha y arriba (en paralelo al eje del tiempo); un aumento de los costes supondrá trasladar el punto hacia la derecha y abajo (en paralelo al eje de costes); y si se aumenta la calidad el desplazamiento es a la derecha.
¿Cómo valoramos las alteraciones sobre la posición objetivo?
Separarse del objetivo será más o menos aceptable en función de la distancia y de las características del proyecto. Habrá proyectos en que una ampliación del plazo no suponga un gran problema mientras que en otros es inviable. Lo mismo ocurrirá con costes y la calidad. Según el tipo de proyecto desviaciones de más o menos volumen podrán o no ser asumibles. Creo que lo mejor es analizar distintos casos.
Pongamos el ejemplo de un software de gestión. Es posible que variaciones en el plazo de ejecución del proyecto sean muy relevantes, en este caso sacar el producto después de la competencia puede ser desastroso. Sería inaceptable cualquier aumento en el plazo. Tal vez los costes estén muy ajustados, tenemos un presupuesto de horas de programación y de gastos de promoción que no podemos modificar. Sin embargo, puede ser aceptable reducir la calidad. Al tratarse de un software, más adelante se pueden hacer actualizaciones que permitan alcanzar ese nivel de calidad esperado en el plan del proyecto.
Otro ejemplo. En la construcción de un edificio hay unos mínimos de calidad que, por normativas urbanísticas obligatoriamente, se deben superar. En cambio puede ser más o menos aceptables variaciones en costes o tiempo.
Conclusión
El triángulo coste-tiempo-calidad es la representación gráfica de los tres elementos básicos que nos permiten analizar la dirección hacia la consecución del objetivo de la planificación del proyecto. Las desviaciones que se produzcan deben valorarse en función de su dimensión y de la relevancia dependiendo de la naturaleza del proyecto.
“Todo hábito hace nuestra mano más ingeniosa y nuestro ingenio más torpe”.
Friedrich Wilhelm Nietzsche